jueves, 27 de septiembre de 2012

Fusión.

Ser la persona que todos esperan que seamos, ser lo que nosotros queremos y ser lo que somos... Muy rara vez coinciden.

El tiempo no es cruel, el sólo hace su trabajo sin permiso a pensar en lo que deja atrás, el tiempo no se adapta, somos las personas las que nos tenemos que acoplar y mantener una lucha sin final para no quedarnos estáticos, después de todo somos animales pensantes, complejos y con más incertidumbre de la que alcanzamos a imaginar. Esto nos obliga a un constante desplazamiento, no podemos casi por ley natural y social ser una sola persona.

Si hay algo aparte del razonamiento que nos separa de las demás razas, es la percepción del error, nuestra bendición y nuestra maldición, porque si no nos equivocáramos no habría evolución o cambio alguno, pero también ser conscientes de ello nos mantiene en una celda intrínseca de angustia, es por eso que aparentemente cometemos los mismos errores en distintos tiempos de nuestra vida, pero no es así, es más bien que siempre hay un factor nuevo que no conocíamos, y el origen de esto, es lo que menciono arriba, las mismas personas que nunca somos iguales a nosotros mismos, ¿nunca te has puesto a pensar que pareces alguien distinto en tus recuerdos que la persona en este momento?. 

Es un trabajo muy duro y desgastante el tratar de fusionar aquella persona vacía y pura, sin conocimiento alguno, con lo que los demás esperan que seas y con lo que tú eres realmente.


La vida no es más que esta repugnante experiencia donde la personalidad se rompe.
"Louis Ferdinand Céline"


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